jueves, 31 de enero de 2013

¿Cuántos "mejores Super Bowls" existen?


Soy pasajero en tránsito.
Vengo de dejar a mis hijos en la playa, y me dirijo al frío.
He abierto mi laptop en el aeropuerto, a la espera de que salga el vuelo 0052 de United, operado por Continental --la fusión es un hecho--, con destino a Houston.
En unas horas viviré la misma situación en Houston, a la espera de que salga el vuelo 4202 de United, operado por ExpressJet --¿nadie trabaja en United?--, con destino a Indy.
Es el atardecer el domingo, horario en que usualmente empiezo a redactar el Diario del lunes. Me gustaría publicar la primera entrada de la semana del Super Bowl desde el lugar de los hechos, pero no estoy allí todavía, y, con un vuelo fusionado y otro tercerizado, cualquier cosa puede suceder. Sería extraño que no sufriera retrasos, así que mejor adelanto el trabajo desde acá, y me aseguro de honrar el compromiso de tener algo publicado el lunes por la mañana.
Espero meter una edición desde Indianapolis el lunes por la tarde, o al menos por la noche. Mientras tanto, repasando archivos de mi laptop, entre sonidos de altavoces que anuncian puertas de embarque para pasajeros en tránsito, se me ocurre lo siguiente...
Después de las Finales de Conferencia que vimos la semana pasada, nadie espera menos para el Super Bowl. Nadie espera menos emoción, menos dramatismo, menos incertidumbre hasta los segundos finales. Y probablemente se den todos esos elementos en el Giants-Patriots del próximo domingo. Nada indica que el duelo será disparejo, ni que se definirá temprano. De hecho, no sería raro que, al terminar el juego, leamos y escuchemos altisonantes exclamaciones acerca de que este ha sido "¡¡¡el mejor Super Bowl de la historia!!!"
No sería raro, digo, porque es exactamente lo que hemos leído y escuchado después de varios Super Bowls recientes.
"¡Irreal! ¡Increíble!", gritaba en primera plana el periódico Arizona Republic, tras el Super Bowl XLIII.
Pese a que su equipo acababa de perder en los últimos segundos, el diario de la región de los Cardinals no reflejaba desánimo. Rescataba el carácter épico de la jornada, y aseguraba que el partido sería "recordado para siempre, por todas sus idas y vueltas".
El periódico Los Angeles Times, neutral en este caso, seguía la línea del rotativo de Arizona, pero iba aún más lejos: "El Super Bowl XLIII será recordado por una cosa: haber sido el mejor de todos".
Los Cardinals habían edificado lo que podría haber sido la mayor remontada en la historia del Super Bowl, al anotar 16 puntos sin respuesta en el último cuarto, pero, a 35 segundos del final, Ben Roethlisberger, mariscal de los Steelers, lanzó hacia una esquina de la zona de anotación plagada de defensivos rivales.
Detrás de ellos estaba el receptor abierto Santonio Holmes, quien atrapó el balón del triunfo.
"Ese sí fue un juego de 60 minutos", dijo James Farrior, apoyador de Pittsburgh. "Se definió en la última jugada, y la hicimos nosotros".
"Este Super Bowl quedará en la historia como uno de los mejores partidos que se hayan jugado", señaló Holmes, "y todo lo que yo hice fue estirar mis brazos y usar los dedos de mis pies".
Cinco años antes, Adam Vinatieri usó su pie derecho para convertir desde 41 yardas, a 4 segundos del final, y darle la victoria a New England sobre Carolina, en un Super Bowl que también fue calificado como "el mejor de todos".
"Este es el Super Bowl a partir del cual se compararán todos los demás", dijo el diario Houston Chronicle, "siempre que la medida de comparación sean las agallas de los jugadores en el campo... y los finales para el infarto".
"¿Qué más se puede pedir?", preguntó la revista Sports Illustrated. "El Super Bowl XXXVIII lo tuvo todo, lo cual lo convierte en el mejor. Es el mejor Super Bowl de todos los tiempos. Una maravillosa batalla de campeonato, llena de aquello que convierte a este juego en dramático, fantástico, excitante, enloquecedor".
El periódico New York Daily News comentó: "Nadie imaginaba que los Patriots y los Panthers harían del Super Bowl XXXVIII el más loco, el más entretenido, el mejor de todos. Veinticuatro puntos en los últimos 3 minutos del primer cuarto; ¡37 puntos en el último período! Así que ahora, Bill Belichick y los Pats nos han dado los dos mejores finales en la historia del Super Bowl".
El otro final al que se refería el Daily News era el de dos años antes, cuando Vinatieri convirtió un gol de campo de 48 yardas, en la última jugada del partido, para darle a New England el primer campeonato de su historia, con un inesperado triunfo sobre los Rams.
Esa temporada se había iniciado bajo la sombra de los acontecimientos del 11 de septiembre, lo cual llevó a algunos a afirmar que el hecho de que ganara un equipo llamado "Patriots", bajo tan dramáticas circunstancias, ponía al Super Bowl XXXVI por encima de cualquier otro.
"Luego de todo lo que ha sucedido", declaró Ty Law, esquinero de New England, "considerando que estamos en guerra y que fue un gran partido, no entiendo cómo alguien puede atreverse a decir que este no es el mejor Super Bowl de todos los tiempos".
El diario New York Post habló de un "evento monumental, en las postrimerías del 11 de septiembre", y Los Angeles Times subrayó que "no sólo este Super Bowl fue la mayor sorpresa en 36 años de historia, con el mejor final en 36 años de historia, sino que todo sucedió en el momento más oportuno, luego de que se revelaran, en el medio tiempo, los nombres de aquellos que murieron en la tragedia del 11 de septiembre".
Una vez más, el diario de la región del equipo perdedor rescataba la épica de lo acontecido. "Si creen en el destino", dijo el St. Louis Post-Dispatch, "tal vez esta haya sido la forma en que las cosas tenían que ocurrir".
Lo mismo piensan muchos del Super Bowl XLIV, cuando el destino pareció sonreírle a New Orleans, luego de años de sufrimiento tras el huracán Katrina.
"¿Quién podía imaginar, cuatro años atrás, que esto iba a suceder?", reflexionó Drew Brees, mariscal de los Saints, tras alzar el trofeo Lombardi. "El 85 por ciento de la ciudad estaba bajo agua. Todos sus residentes habían sido evacuados a otros lugares del país; habían dejado New Orleans sin saber si la ciudad alguna vez se recuperaría. Nuestro núcleo de jugadores se formó ese año. Nos miramos unos a otros y dijimos: 'Debemos reconstruir esto juntos'. El Super Bowl XLIV fue la culminación de ese esfuerzo".
"New Orleans está de regreso", expresó Tom Benson, dueño de los Saints, "y se lo hemos mostrado al mundo".
Sean Payton mostró agallas al mundo, al llamar una patada lateral para abrir la segunda mitad de aquel partido. "No estaba preocupado", confesó el entrenador en jefe de los Saints, acerca de su decisión. "Estaba aterrado".
El diario Dallas Morning News la describió como "una de esas jugadas que serán recordadas por haber cambiado la historia del Super Bowl".
Otra jugada de ese calibre fue la recepción de David Tyree, en un pase de Eli Manning, tras un imposible escape del mariscal en el Super Bowl XLII.
"Honestamente, no sé cómo lo hice", reconoció el receptor abierto de los Giants, quienes vencieron a los por entonces invictos Patriots, en la mayor sorpresa de la historia del Super Bowl...
Esperen... ¿no habíamos escuchado antes que la mayor sorpresa fue la de los Patriots frente a los Rams?
En fin. Creo que año con año se demuestra que, pase lo que pase en un Super Bowl, aunque creamos que nunca más veremos algo parecido, existen altas probabilidades de que el mejor Super Bowl de la historia todavía esté por venir.
Somos pasajeros en tránsito. Vamos de un Super Bowl a otro, y en cada uno nos invade la emoción y creemos haber visto el mejor partido de todos los tiempos. Sin embargo, lo único realista que podemos decir es que el último Super Bowl quizás haya sido mejor que cualquiera de los anteriores, pero probablemente será peor que alguno próximo.
Publicado originalmente el 29 de enero de 2011
Fuente de las imágenes: Getty Images


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