viernes, 8 de febrero de 2013

Soy Bob Griese (Parte 2)


La línea ofensiva que había armado Shula me daba tiempo en el bolsillo para hacer lo que más me gustaba hacer en el campo de juego: pensar.
Llegó un punto, bastante temprano en mi carrera, en que si yo sabía la cobertura que una defensiva utilizaría en una jugada, podía pensar una forma de vencerla.
Por eso me gustaba llamar las jugadas. Y por eso me iba a casa todos los días con películas de 16 milímetros de nuestro rival de esa semana, y las proyectaba sobre la pared de un cuarto vacío.
Mis tres hijos miraban maravillados, y yo les decía en voz alta lo que estaba pasando por mi cerebro.
"Miren lo que hacen estos tipos en tercera oportunidad. ¿Ven? Observen cómo se forman en tercera y largo. Ahí lo tienen. Vean lo que hacen dentro de la yarda 20, o lo que hacen frente a tres WRs, o frente a una formación de dos alas cerradas y dos receptores abiertos".
Lo que más me gustaba era pensar
En 1970, el primer año de Shula en Miami, logramos la primera temporada ganadora en la historia de los Dolphins.
Después de que el equipo compilara un récord de 15-39 en sus primeros cuatro años de vida, terminamos la temporada del '70 con marca de 10-4.
Eso nos puso en el segundo lugar de la división, y nos dio un boleto a los playoffs.
La AFL acababa de fusionarse con la NFL, y en el realineamiento de equipos nos había tocado la AFC Este, con tres viejos amigos de la AFL --Bills, Patriots y Jets--, y una potencia de la NFL: los Baltimore Colts.
Tal como los expertos preveían, Baltimore --el equipo al que Shula había convertido en dominante, con Johnny Unitas como mariscal-- se impuso en la carrera divisional del '70, frente a sus cuatro rivales de la ahora desaparecida AFL.
Nosotros fuimos eliminados en la primera ronda de playoffs por los Raiders de John Madden y Daryle Lamonica, y los Colts terminaron ganando el Super Bowl frente a los Cowboys.

En el vestidor del Oakland Coliseum, tras la derrota con los Raiders, Shula nos agradeció por nuestro esfuerzo. Pero con su tono de voz y su lenguaje corporal, nos hizo entender a todos lo mucho que le dolía tener que irse con la cabeza gacha.
De allí en adelante, cada derrota fue un suplicio.
Shula no soportaba perder, y descargaba su rabia con nosotros.
Generalmente se dice que los jugadores quieren ganar por su entrenador. Pero nosotros no queríamos ganar por Shula. Queríamos ganar por nosotros mismos, para que Shula no nos gritara.
Al año siguiente obtuvimos el título de la división por medio juego sobre los Colts (10-3-1 a 10-4-0), y después los blanqueamos (21-0) en el Campeonato de la AFC, para acceder al Super Bowl VI.
Shula fue superado por Madden en playoffs del '70
Antes de eso habíamos vencido a los Chiefs en la primera ronda de playoffs, en un partido increíblemente largo. Transcurrieron 22 minutos y 40 segundos de tiempo adicionado, antes de que Garo Yepremian conectara el gol de campo ganador.
Ese día sentí que teníamos la suerte del campeón, cuando Jan Stenerud, el célebre pateador de Kansas City, el tipo que nunca fallaba, erró un intento de gol de campo de 24 yardas.
Pero la suerte se acabó en el Super Bowl, frente a los Cowboys de Tom Landry y Roger Staubach.
Días antes de ese partido nació el apodo de "No-Name Defense" para nuestra defensiva, cuando Landry dijo que le preocupaba esa unidad, pero que no recordaba el nombre de ninguno de sus integrantes.
Esa defensiva --con la fuerza del liniero Manny Fernandez, la habilidad para derribar gente del apoyador Nick Buoniconti y el olfato para el balón del profundo Jake Scott-- era una de las razones principales por las que estábamos allí.
Scott era un tipo tan duro que decidió jugar el Super Bowl, pese a tener la mano izquierda quebrada.
Durante el partido se quebró la mano derecha, y siguió jugando hasta el final con las dos manos fracturadas.
Semanas después lo encontré con ambas manos enyesadas, y no se me ocurrió más que la obvia pregunta: "¿Es incómodo?"
Me contestó muy serio: "Es incómodo cuando voy al baño".
Pero si hablamos de tipos duros, y de razones por las cuales estábamos en el Super Bowl VI, hay que mencionar a nuestros corredores Jim Kiick y Mercury Morris, y al fullback Larry Csonka.
Csonka, alma y corazón del equipo
Morris era un hombre descontento en el '71. Llevaba tres temporadas completas tratando de que le quitaran acarreos a Kiick para dárselos a él, y nadie le hacía demasiado caso todavía.
Finalmente, Morris conseguiría su propósito a partir del '72, pero antes de eso estuvo relegado a las devoluciones de patadas, donde por cierto realizó aportes fundamentales.
Mientras tanto, Kiick y Csonka fueron muy valiosos para mí en aquella campaña de 1971, en protección de pase y como receptores. Pero su mayor contribución para el equipo llegaba cuando acarreaban el balón.
Kiick era visión. Csonka era potencia.
Detenerlos era imposible.
Kiick lo definía muy claramente: "A mí me gusta correr donde hay un hueco. A Zonk le gusta correr donde hay gente".
Csonka se mofaba de Kiick, por terminar los partidos con el uniforme demasiado limpio.
En un juego ante los Bills, Zonk recibió un codazo en la nariz, y llegó a la reunión previa a la jugada chorreando sangre. La sangre caía sobre los zapatos del ala cerrada Marv Fleming.
Fleming --el primer tipo en jugar cinco Super Bowls: dos con los Packers y tres con nosotros-- no tardó en expresar su desagrado con la situación. Entonces Csonka giró la cabeza, y apuntó el chorro de sangre en dirección a los zapatos de Kiick.
"Así todos creerán que has jugado", le dijo.




3 comentarios:

  1. muy buenos los "soy" pero el que mas me gusto fue el "no soy Tom Brady"

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  2. ¿Ya se termina aqui? ¿Solo son 2 partes? jejeje te deja con ganas de una tercera parte.

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    Respuestas
    1. Me había olvidado de esto. Mañana seguiré subiendo las demás.
      Abrazo.

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